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¿Por qué y para qué bailamos?
El baile; un placer que comunica

Xiomara Andrea Hernández Bernal Psicóloga – Fundación Universitaria Konrad Lorenz

¿Por qué y para qué bailamos? El baile; un placer que comunicaEn el día a día es usual ver que las personas se reúnen en diversos sitios, ya sea públicos o no, para bailar diversos géneros musicales. La pregunta es ¿Por qué y para qué bailan?

Para comenzar, desde siempre se ha sabido que el baile es una actividad social que en sus inicios permitía a las tribus consolidarse, comunicarse y mostrar su unión. Por otra parte, el baile se ha instaurado como un acto de cortejo, no solo en los seres humanos, sino en muchas especies animales, ya que a través de este se demuestran las cualidades corporales de cada uno, los dotes y lo que se tiene para ofrecer al otro. En la antigüedad aquel que bailaba era tomado en cuenta como alguien más inteligente, sano y por ende tenía más probabilidades de reproducción que aquel que no sabia bailar. Sin embargo, hoy en día los motivos para bailar no son lo mismo, o más bien, más que no serlo son menos intensos para el motivo de reproducción, generando con el paso de los años más razones para bailar.

Teniendo en cuenta que a nivel fisiológico al bailar se segregan endorfinas, que son las hormonas generadoras de la sensación de placer, se ha concluido que el hombre baila por placer, por la sensación de bienestar y alegría.

Sin embargo, ¿qué pasa con aquellos que no saben bailar, o que consideran que no pueden hacerlo? Son muchos los que hacen parte de este grupo, y para resolver sus problemas de baile, asisten a centros, clubes o academias para que un experto les enseñe, ignorando que todos podemos bailar de forma innata. Debido a que en la cultura del baile los diversos géneros han creado reglas de como bailar, son estas las que se enseñan mediante instrucción, pero todos tenemos la capacidad de bailar al ritmo de un compás.

A pesar de que no está comprobado mediante estudios, es sabido que a las academias de baile la gente no solo llega por aprender a bailar, sino que hay un trasfondo más grande para esto. Dentro del cual se encuentran, la necesidad de mejorar la condición física y de salud, mejorar las relaciones sociales, reducir la timidez, aumentar la seguridad en sí mismo y reducir la tensión generada por los diversos problemas que se presentan, entre otros.

¿Cómo o por qué se logra lo anterior? Sencillo, mediante el baile hay contacto directo con los demás, lo cual inmediatamente genera, como lo diría Lawrence Parsons (2008), cohesión de grupo, el cual es un efecto generado desde siempre y utilizado por las tribus para afianzar su sentido de pertenencia. Por otra parte, al usarse como actividad física se tonifica el cuerpo, se reducen las medidas mejorando la apariencia externa y se fortalece el sistema cardiovascular, debido a que se trabajan casi todos los músculos del cuerpo de una forma más divertida que frente a una máquina en un gimnasio.

Adicionalmente, al ser una actividad grupal hace que se exhiban las cualidades de cada uno y esto genera o aumenta la confianza en si mismo, y aunque puede ser frustrante tener dificultades motrices para la ejecución de los pasos, ver que los demás pueden hacerlo es un motivador de mejoramiento, lo cual impacta directamente en la autoestima de cada individuo. Además, al aprender a bailar junto con un grupo de desconocidos se desarrolla la habilidad para entablar relaciones, lo cual se puede aplicar en diversos contextos socio-culturales.

Por otra parte, al ser un proceso de lenguaje, el baile permite la expresión de emociones y sentimientos y su respectiva canalización; facilita la distensión o relajación muscular y la distracción mental de los problemas o dificultades que en el día a día se deben enfrentar, lo que a su vez conlleva al conocimiento de si mismo e igualmente se liga al concepto de autoestima.

Los beneficios del baile pueden extrapolarse al ámbito laboral, ya que debido a su característica de cohesión social, al bailar en grupo con las personas con las que trabajamos mejoramos la comunicación, el trabajo en equipo y el conocimiento del otro, lo cual conlleva al mejoramiento del rendimiento profesional o laboral. Ya que al generar nuevos patrones de movimiento se ejercita la capacidad cerebral de aprendizaje y memorización, mejorando el rendimiento en la ejecución simultanea de diversas actividades, lo cual en términos laborales significa responder al trabajo bajo presión.

Tomando en cuenta todo lo anterior, se puede concluir que el baile si bien hoy en día no es un aspecto que garantice la supervivencia humana, ayuda a que la experiencia de vida sea más grata y placentera, para todo aquel que lo practica. Y es algo que puede ser realizado por todo aquel que quiera en cualquier contexto, la casa, el trabajo y la escuela en compañía de amigos, compañeros, familiares y desconocidos, e incluso solos; por lo tanto, ¡a bailar!

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